En el medio de la película, se la chupé. Se fiz sexo oral com a Srta. Practiqué sexo oral con la Sra. É o cheiro de alguns com quem fiz sexo oral. Huele como algunos tíos a los que me he tirado. Eu fiz sexo oral em você por noites Yo te lo he hecho noches seguidas.
E quando fiz sexo oral na Chrissie Orlando depois? Sí, mi esposa me hizo una felación Probé sexo oral , una sola vez, cuando tenía quince años eso no me hace gay. Eu fiz sexo oral hoje. Hoy me dieron una mamada. Tinha um bilhete de identidade falso e fumava erva, e fiz sexo oral , nos estados onde era ilegal.
Me robe algunas cosas cuando era niño, balones, aviones a escala, falsique una credencial para poder beber , he fumado cigarrilos Fiz sexo oral com outros.
Les chupé la polla a otros. Chupé la pija a otros. Chupé la verga a otros. Sabías a quién querías a tu lado: Bowers apunta, con un sentido del humor seco que no deja lugar a las interpelaciones, que escoger un buen compañero era casi tan importante como escoger una buena esposa.
Dian Hanson, la editora, que lleva meses trabajando con él en este proyecto, media en nuestra conversación y aporta sus puntos de vista. Se juntaba a dos individuos y desde ese momento tenían que vivir como uno: La ideología no importaba mucho en el frente.
Eso era un buddy. Y eso, aparentemente, no tenía nada que ver con la orientación sexual de los marineros y soldados. Bowers asegura que donde sí había espacio para la homosexualidad era en la Armada. De ellos describe hasta el lenguaje encriptado que usaban para referirse a sus costumbres sexuales: Ese era el nombre del tipo de caramelos que se empleaba para engañar a los niños a la salida del colegio con propósitos sexuales.
El otro día vi al sargento darte un poco de Pogey Bait. Pero era muy importante tener cuidado con las palabras y las acciones. Los tristes y los tímidos no eran buenos compañeros. Si te herían, tenías la orden de volver a la playa con todo el peso de las armas y el uniforme, y allí simplemente esperar a morirte desangrado porque no venía a buscarte un helicóptero, no había móviles ni forma de avisar.
Y a veces tenías que arrastrarte 10 millas por una zona pantanosa. Una cantidad enorme de hombres moría por el camino. Escucho los sollozos de Bowers. Cuando logra contener la emoción me cuenta que Iwo Jima fue una ratonera: El día, soportando bombardeos. En el mismo emplazamiento estaba su hermano pequeño, quien corrió peor suerte que él. Y él va y me dice: Cuando la contienda terminó, a Scotty lo desembarcaron en Seattle.
Pero, como a todos los jóvenes en sus circunstancias, el Gobierno no le ofrecía un trabajo o un nuevo lugar en la sociedad. De nuevo, Bowers echa mano de ese sentido del humor tajante, que no hace concesiones. Muy pronto se dio cuenta de que el lugar era un punto de cruising.
Y ahí fue donde vio claro el filón del negocio. Él conocía a muchachos jóvenes, con ganas de trabajar y espectaculares cuerpos.
Tenían 22 años y ni un duro.
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